Muchos pacientes con artritis y artrosis han reportado una disminución significativa del dolor después de usar cannabis medicinal, lo que les permite reducir o incluso eliminar el uso de analgésicos convencionales.
El CBD, en particular, ha demostrado tener propiedades antiinflamatorias, lo que puede ser beneficioso para tratar la inflamación subyacente en estas enfermedades.
El dolor crónico puede interrumpir el sueño. El cannabis medicinal puede ayudar a mejorar la calidad del sueño al aliviar el dolor y la ansiedad asociada.
Al reducir el dolor y la inflamación, muchos pacientes experimentan una mejora en la movilidad y la función articular.
Causas, Síntomas, Diagnóstico y Tratamientos.
Sensación de malestar o dolor persistente en una o varias articulaciones. Puede variar en intensidad y afectar diferentes áreas del cuerpo.
Sensación de falta de flexibilidad en las articulaciones, especialmente por las mañanas o después de periodos de inactividad. Puede dificultar el movimiento normal.
Aumento perceptible del tamaño de las articulaciones debido a acumulación de líquido sinovial. Provoca inflamación visible y contribuye a la sensación de rigidez.
Cambio en el color de la piel alrededor de las articulaciones afectadas, indicativo de inflamación. Suele ir acompañado de calor localizado en la zona.
Limitación en la capacidad para realizar movimientos articulares completos. Puede dificultar actividades cotidianas y afectar la calidad de vida de la persona afectada.
Sensación de malestar profundo en las articulaciones afectadas por la artrosis. A menudo es difícil precisar la ubicación exacta del dolor, ya que puede irradiar desde la articulación comprometida.
Aumento de la intensidad del dolor al realizar actividades físicas o esfuerzos, lo que puede limitar la capacidad de realizar tareas cotidianas.
Experimentar un incremento gradual del dolor a medida que avanza el día, posiblemente relacionado con la actividad y el desgaste articular acumulado.
Presencia de dolor incluso en momentos de inactividad, como cuando se está en reposo o durante la noche, lo que puede afectar el sueño y la calidad de vida.
Cambios estructurales en las articulaciones afectadas, que pueden resultar en alteraciones visibles en la forma y función normal de la articulación.
Reducción en la capacidad para realizar movimientos articulares completos, lo que puede afectar la flexibilidad y la movilidad general.
Sonidos audibles como chasquidos o crepitaciones durante el movimiento de las articulaciones, indicativos de irregularidades en la superficie articular.
Incremento en el tamaño de la articulación debido al crecimiento anormal de hueso, conocido como osteofitos, que puede contribuir a la rigidez y limitación de movimientos.
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